El “ghosting” se ha implantado como una costumbre lamentable en las nuevas generaciones que sufren de trastornos de la personalidad. Por ejemplo, el narcisismo. Estas personas tienen la manía de dejar de lado a sus familiares y seres queridos, sin importar el daño o los traumas que pueden causar en ellos.
Más que una simple desaparición, el acto de “ghostear” se ha convertido en una monotonía de silencios que deja un rastro de preguntas sin respuesta y emociones desgarradoras. Esto especialmente cuando se presencia desde la perspectiva del narcisismo.
Desde dicho problema, el “ghosting” adquiere un matiz más oscuro, debido a que los individuos que sufren de trastornos narcisistas a menudo utilizan este tipo de actos como una herramienta para mantener el control. Esta es una táctica egocéntrica que les permite desaparecer de la vida de otro sin considerar las secuelas emocionales.
Estos “ghosteos” reflejan una falta total de empatía y una desconexión con las necesidades y sentimientos del otro. A continuación, conoce más a fondo cómo el “ghosting” es considerado como una característica de las personas narcisistas.
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¿Ghostear es de personas narcisistas?
El narcisismo en las nuevas generaciones se manifiesta de manera sutil en el acto de “ghostear”. Este es un intento de preservar la propia imagen y evitar cualquier confrontación que pueda poner en problemas la percepción de perfección del narcisista. La decisión de desaparecer sin previo aviso se convierte en un acto de autoprotección, una estrategia para evitar el malestar emocional asociado con el cierre de una relación.
Sin embargo, desde la perspectiva de un narcisista, las víctimas del “ghosting” son accesorios. Esto debido a que su desaparición repentina no es simplemente una omisión. Por el contrario, es un acto calculado para infligir dolor y confusión en el otro. De esta manera, alimentando la necesidad del narcisista de mantener un sentido de superioridad y control.
En el ámbito emocional, el impacto del “ghosting” narcisista es devastador, ya que aquellas personas que quedan en el lado receptor se sumergen en un abismo de vulnerabilidad, cuestionando su autoestima. La ausencia de cierre se convierte en una herramienta de manipulación narcisista, dejando a la víctima atrapada en un ciclo de autoevaluación y duda interminable.
A nivel físico, el “ghosting” narcisista desencadena una lluvia de respuestas corporales, como afección de la liberación de neurotransmisores, la amplificación de las heridas emocionales y la intensificación de la experiencia de pérdida. Este tipo de actos lamentables, lejos de ser simplemente una desconexión emocional, se convierte en una fuente de trauma psicológico, dejando al receptor con las secuelas del desprecio narcisista.
El trato del “ghosting” desde la perspectiva del narcisismo implica no solo entender sus efectos emocionales y físicos, sino también reconocer la necesidad de empatía y comunicación abierta en las relaciones. De esta manera, la confrontación del narcisismo no solo es esencial para la curación de las víctimas. También para la transformación del narcisista, quien necesita enfrentar la realidad de su impacto en los demás.
¿Qué es “ghostear”?
Las nuevas generaciones se enfrentan a un panorama de comunicación directa y un arsenal de herramientas para diversas actividades. Sin embargo, en este escenario aparentemente positivo, ha surgido un fenómeno que ha causado estragos en las relaciones interpersonales: el "ghosteo".
Este término, incorporado al diccionario de internet, describe la acción de desaparecer sin dejar rastro, especialmente en el contexto de las redes sociales. "Ghostear" implica cortar abruptamente la comunicación, sumiendo a la otra persona en la incertidumbre y generando un momento de incomodidad.
A lo largo de los años, las variantes de "ghostear", como "ghosteando" y "ghosting", han ganado popularidad en la web y se han establecido como parte integral del léxico virtual. Aunque su traducción literal sería "fantasma", haciendo referencia a la desaparición sorpresiva, su uso ha transcendido la definición lingüística.
La popularidad del "ghosteo" se ha convertido en un reflejo de comportamiento tóxico en la era digital. Este acto, desprovisto de empatía, implica ignorar por completo a otra persona sin razón aparente. Los jóvenes alrededor del mundo utilizan este término para describir situaciones incómodas con amigos o parejas, destacando la prevalencia de estos contextos en el entorno digital.
Aunque existen argumentos que intentan justificar el "ghosteo", como la priorización de necesidades individuales, no se puede pasar por alto el impacto negativo de este comportamiento en las relaciones interpersonales. Este acto, vinculado al consumismo emocional, revela una falta de responsabilidad afectiva y empatía hacia aquellos que quedan en el vacío de la desconexión.
Cabe recalcar que, es crucial considerar siempre los sentimientos de amigos y familiares, estableciendo que el "ghosteo" no es una herramienta para resolver problemas o evitar relaciones tóxicas. También se utiliza para priorizar la comunicación y mantener la empatía, que son fundamentales para construir relaciones saludables.