Katy Perry reniega cada vez que debe conducir desde su mansión en Los Ángeles hasta las playas de Malibú para lograr ver a su novio, Orlando Bloom, ya que decidió vivir cerca a la costa para poder ofrecerle una mejor calidad de vida a su hijo Flynn (5), junto a Miranda Kerr.
"Mi novio vive en Malibú y me costó mucho acostumbrarme a conducir hasta allí, me decía a mí misma: '¿Es broma? ¿Qué tipo de vida es esta?'. No puedo ir a visitarlo siempre que me apetezca. Nunca me acostumbraré a Malibú porque está a medio camino de mi ciudad natal, Santa Bárbara, así que para mí es como una parada en el camino hasta allí. Comprendo todo eso de querer vivir en la playa cuando te mudas a Los Ángeles, ¿pero Malibú? Nadie que viva en la ciudad se va a acercar hasta allí para visitarte", dijo Perry al portal Women's Wear Daily.
Lo que no mencionó Katy es qué le parece que la ex mujer de su novio, Miranda, viva también en Malibú y muy cerca de la casa del actor, ya que Orlando decidió permanecer en su mansión de esa ciudad para poder demostrar a su ex que la vida cerca de la playa sería mucho más beneficiosa para su hijo, y convencerla así de que se mudara de Nueva York al condado de Los Ángeles, donde actualmente reside la modelo.
"Orlando y yo vivíamos en Nueva York, y nos encantaba. Pero teníamos que considerar qué era lo mejor para nuestro hijo. Orlando tiene una casa en Malibú y quería mudarse. Pensamos que allí Flynn tendría una mejor calidad de vida, porque podrá jugar fuera de casa durante todo el año y podremos tener un jardín. Así que empecé a mirar casas porque queremos ser una familia unida", explicaba la modelo.