Justin Bieber estaba por cantar Purpose, el mismo tema que da nombre a su último álbum de estudio y a su actual gira, pero decidió sentarse en el piso, muy cerca de sus fans, y mientras entonaba la letra que dedicó a su relación con Dios pasó lo inesperado, si, Justin empezó a llorar.
Al terminar la canción se puso de pie, se secó el rostro y continuó el show.
Nadie entendió por qué lloraba, quizá se conmovió por su propia fe.
No sabemos cual es el verdadero motivo detrás de sus lágrimas, pero sea cual sea, dejó a intérprete de Sorry en una posición muy vulnerable frente a su público.