Tras ser el centro de atención en el estadio Carlos Tartiere de Oviedo, el jugador del FC Barcelona, Gerald Piqué, tuvo que aguantar los insultos de más aficionados por la noche, a la salida de una discoteca de Gijón, cuando un grupo de personas lo esperaba para gritarle, entre otras cosas, "borracho".
El mal rato de Piqué en la ciudad asturiana no terminó con el final del partido que disputaba con la selección española.
Tras el encuentro contra Eslovaquia, el jugador se quiso relajar en la discoteca Cabaré pero no se imaginaba que sus detractores lo estarían esperando en la puerta del local para increparle, animándole a que abandonara la selección y llamándolo borracho.
El personal de seguridad lo fue a buscar con unas furgonetas y no permitió que los insultos llegaran a más, aunque hubo personas que intentaron acercarse a los vehículos.